Un estudio informa sobre cómo esto tendrá implicaciones sociales y políticas
Los problemas de inseguridad que existen en México y Centroamérica corren el riesgo de agudizarse en los próximos años por el impacto de cambio climático y de fenómenos extremos como los huracanes, las sequías y las inundaciones, reveló hoy un informe difundido en México.
El estudio "Impactos relacionados con el clima en la seguridad nacional en México y Centroamérica", elaborado por los británicos Tobias Feakin y Duncan Depledge, del Royal United Services Institute (RUSI) de Londres, señala que las alteraciones "podrían tener repercusiones de largo alcance de tipo social, político y de seguridad".
El análisis prospectivo presentado hoy en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por el enviado especial de seguridad energética y cambio climático del Reino Unido, Neil Morisetti, y por Feakin, destaca tres grandes retos para estos países: garantizar la seguridad alimentaria, facilitar el acceso al agua potable y hacer frente a los movimientos migratorios.
"Dada la naturaleza de estos retos y el grado de riesgos de seguridad que hay en relación con la capacidad de resistirlos, creemos que tomar un enfoque preventivo, tanto en la preparación como en las respuestas, es el modo más sensato de proceder hacia el futuro", dijo Feakin.
Para el experto "el cambio climático amplificará y exacerbará los focos existentes de inestabilidad en esta región, y esos serán pobreza, baja gobernabilidad, divisiones sociales y, muy importante, la capacidad para satisfacer las necesidades básicas de la gente".
Asimismo es probable que aumente "la competencia por los recursos, especialmente alimentos y agua", y, en términos generales, "la vulnerabilidad de la población" ante fenómenos climáticos más frecuentes y extremos.
"Además hemos visto que la migración también se puede ver afectada por esto, un fenómeno tremendamente complejo y área de trabajo que tiene que ser atendida", sostuvo Feakin.
En Mesoamérica hay además zonas de aguas compartidas, lo que podría crear tensiones entre países que ya sufrieron situaciones devastadoras como el paso del huracán "Mitch", que en 1998 mató a 5.000 personas y devastó el 70% del área de cultivo de Honduras.
El investigador señaló que, por sí mismo, el cambio climático no generará nuevas amenazas pero sí "puede reforzar los indicadores de inseguridad".
Frente a ello el estudio del RUSI considera conveniente que los impactos del cambio climático sean integrados dentro de las políticas de seguridad a nivel nacional y regional", incluso dentro del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
Señala que por el carácter "transfronterizo" de asuntos como el crimen organizado, la migración y los fenómenos meteorológicos extremos deberá haber más reacciones conjuntas de los países.
Un aspecto más que se recomienda es el de fortalecer la "cooperación intergubernamental" sobre cambio climático, y reconocer que la mitigación, o recorte de emisiones de gases causantes del efecto invernadero (GEI), debe ser "una prioridad".
El estudio llama a los responsables de defensa y seguridad pública, que a menudo que asisten a la población en situaciones de desastre meteorológico, a conocer los impactos y elementos que deben tener en cuenta para estar preparados ante el cambio climático.
Pronostica que "el ritmo de las operaciones" militares en un futuro con más inestabilidad en el clima "se mantendrá elevado", lo que se verá agravado por unas "condiciones ambientales más difíciles y con suministros limitados de combustibles fósiles".
El estudio se desarrolló a lo largo de los últimos dos años y analiza problemas específicos en Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá.